Entre el deseo y la ausencia
canta la melancolía,
intérprete dolorosa
de lóbregas armonías.
Entre el deseo y la ausencia
canta la melancolía,
a lo que no existe y a lo que desea,
al mortuorio pasado,
a la estúpida utopía.
Entre el deseo y la ausencia
canta la melancolía
los silencios cotidianos,
y las burlas de la vida.
Entre el deseo y la ausencia
todo es melancolía,
por tanto que se amó,
tanto…
tanto que no se olvida.

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