Hay algo más allá del físico que la FIFA no le perdona CR7. Quizá los millones que el portugués puede hacer sin el consentimiento de ese reino político y comercial dominado por Joseph Blatter; o bien que, a pesar de todo y para mal de muchos, Cristiano sí es el mejor futbolista del mundo, algo que muchos no ven, pues se atoran en la primera capa de gomina del modelo de Calvin Klein.
Cristiano o Messi. Messi o Cristiano. En el fondo no son tan distintos. Cualquiera podría dominar este deporte de no existir el otro. Pues aunque hay quienes gustan de llenarse la boca al decir que el 10 de Barcelona es el mejor, su reino sólo es valido en función de lo que el 7 del Madrid haga o no, al mismo tiempo. Tres goles del argentino, tres del portugués. Pero al final y por algo, el balón se queda en manos del políticamente correcto Lionel.
¿Por qué siempre que decimos que Messi es el mejor del mundo, nos queda un hálito amargo que nos hace pensar en Cristiano? Periodistas de Barcelona y Latinoamérica se repiten a sí mismos hasta el cansancio que Lionel es el mejor. Se lo repiten tanto como para ser ellos los primeros en convencerse y fumigar de su conciencia cualquier veneno de duda. Preparan el trono, pero de repente se viene un partidazo de CR7 cuya humanidad no sólo debe soportarse a sí misma, sino al mismo tiempo la de Casillas, Benzema, Khedira y ahora Bale. Un monstruo ególatra de 11 cabezas, más la de Florentino Pérez, sobre sólo un par de bronceadas piernas cuyo único pecado es pasearse por la semana de la moda de Milán y darse el tiempo para solidarizarse con la liberación de Palestina.
“Prefiero a Messi”, dijo Blatter este lunes a un entrevistador, justo a tres días de otorgarle el balón de oro de la FIFA. Y sí, preferir a Messi es lo más fácil. Un crack que no se da por enterado del mundo, la figura perfecta. Azota dentro de la cancha, pero fuera de ella es inofensivo como una pulga en la cabeza de un calvo suizo. En cambio, Cristiano lleva consigo ese dolor a través del cual se moldean los campeones, como escribió Juan Villoro. El futbolista que se hizo en las neuróticas calles y llanos de Lisboa y no bajo los equilibrados cuidados infantiles de La Masia.
De modo que al momento que Messi salga campeón en Brasil 2014, el mundo dirá ‘ah, ok’, con la satisfacción de haber armado un rompecabezas. Mas si Cristiano Ronaldo lo fuera, una mitad del mundo, contando sionistas israelíes, creerá que no lo merece. Así son los héroes de carne y hueso. No hay proeza sin derramamiento de sangre, y aún en el éxito, siempre hay un Blatter dispuesto a no perdonarte el haber triunfado.
ALBERTO BUITRE http://www.laciudaddeportiva.com/cr7-contra-la-otra-mitad-del-mundo/80094
¿Qué opinas? Tu comentario es importante