El hombre abre el locker de su oficina y tras la puerta yace colgada una mujer. Con sus brazos encogidos, aguarda el momento en que ha de servir. Él, le pone el saco en la cara. Ella no dice nada, no protesta, no se enfada. Se cierra la puerta y el sujeto se va. Ella se queda adentro, simplemente cumpliendo con su contrato. Es un perchero.

“El Empleo” es un cortometraje animado del argentino Bou Grasso que, aunque sin proponérselo, ilustra el rol que simple el ser humano en el sistema capitalista, un cuerpo de uso. No una persona, sino un empleado; es decir, alguien utilizado en un puesto específico con el fin de cumplir con una línea de producción. Y así se va tejiendo la sociedad. Con un fin previsible. Como pasa en esta animación.