El Partido Republicano ha mostrado su preocupación por México y lo ha considerado amenaza para los Estados Unidos. Y una vez conformada la estrategia para impedir la reelección de Barack Obama, se espera el endurecimiento de las políticas intervencionistas y, seguramente, el relanzamiento del Plan México para la militarización de la frontera entre ambos países, una vez que éste ha tomado el control de la Cámara de Representantes. Además, los planes de rechazo a proyectos de alternancia política –económica para las elecciones presidenciales mexicanas del año 2012, se verán expuestos en la medida que incremente la represión a los movimientos y organizaciones de la izquierda social y partidaria, para que  se abra paso al regreso del PRI en cualquiera de sus modalidades salinistas. Los deseos –que no convertidos en hechos-, de Obama para suavizar relaciones con Cuba y el resto de Latinoamerica quedarán cancelados y se podría observar la inauguración de una nueva era de hostilidad mundial que pareció acabada con la salida de George W. Bush. Y lo más peligroso: con los republicanos tomando las decisiones, la posibilidad de una guerra nuclear de EU e Israel contra Irán, toma fuerza. Es hora de abrir los ojos.